La boda perfecta. Sí,
existe y tuvo lugar el pasado sábado en Brunello (Italia). Margherita
Missoni, heredera del imperio Missoni,
contrajo matrimonio con su novio, el piloto Eugenie Amos. Y
todo estuvo empañado por un brillo, refinamiento y elegancia
tal que los medios de todo el planeta no han podido evitar escribir artículos y
artículos sobre el evento. La joven italiana escogió un bosque
centenario de la pequeña localidad lombarda para celebrar el enlace. El
almuerzo, compuesto por comida árabe, se tomó sobre unos coloridos
cojines malva en el suelo. "Desde la cristalería hasta el servicio,
todo estuvo envuelto en un halo de elegancia y perfección"
afirma Vogue
Italia.
No era para menos, la crema y nata del mundo de la moda estaba presente en el
enlace -fecha que coincidió además con la Semana de la Moda Masculina de Milán-.
Suzy Menkes, Franca Sozzani, Carine Roitfeld, Stefano Tonchi, Mario
Testino, Dasha Zhukova y Bianca Brandolini D'Adda, entre otros,
estuvieron allí. Las damas de honor fueron Tatiana Santo Domingo, Eugenie
Niarchos y Teresa, la hermana de Margherita. Varias de las amigas de la familia
ya han subido sus fotos a Twitter, como Anna Dello Russo, que iba de Oscar de la
Renta, y Sara Battaglia -hermana de Giovanna-, que iba de Dolce & Gabbana
-ambas en la imagen-.
Según WWD: "La romántica iglesia de Santa Maria Annunciata donde se
ofició la ceremonia fue escogida por la propia Margherita", y el espectacular
vestido que lució la novia fue encargado a su amigo Giambattista
Valli, con seda y organza de Missoni. Destacaban los
espectaculares detalles de flores a lo largo del escote y cuerpo, las
amplísimas y originales mangas murciélago con recogidos
abullonados a la altura de los hombros. El bouquet era de flores frecas
y su pelo había sido trenzado y recogido sobre una antigua y magnífica
tiara. "Su vestido nos recuerda a algunos vestidos de las princesas
Disney (desde Ariel, en La Sirenita), a Robin Wright
en La Princesa Prometida o definitivamente a Jennifer Connelly
en El Laberinto", sentencia el blog Fashionista.
Todo acabó con una gran fiesta con
baile tradicional incluido. Margherita y sus jóvenes invitados estaban
espectaculares y belllísimos: desde Coco y Bianca Brandolini D'Adda a Eugenie
Niarchos o Tatiana Santo Domingo. Como despedida se sirvió
una espectacular tarta de bodas en forma de corazón, cubierta de jugosas
frambuesas -en la imagen-.
Así describió Suzy Menkes, prestigiosa crítica de moda del NY
Times e invitada, el momento: "Sonaba una banda
gypsy, mientras los músicos ambulantes se colgaban como
acróbatas de los toldos de etéreas telas a rayas que protegían las
mesas de la fina lluvia que caía. La bucólica fiesta en la zona campestre de
Varese parecia un remake chic de La Strada, de
Federico Fellini". Una boda pluscuamperfecta.
Para la recepción, Margherita cambió su vestido blanco por uno con el
mismo corte en rosa claro y una corona floral que contuvo, aún más si
cabe, el espíritu bucólico del enlace.
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