La modelo, actriz y cantante encarna el perfecto mix entre el allure francés y el descaro inglés. Y además, está casada con Mark Ronson.
Lo malo (o lo bueno, según se mire) de ser
una it girl es que es muy difícil que no te adjudiquen una etiqueta.
Alice Dellal siempre será trash, Margherita
Missoni bohemia y Alexa Chung naïf. Sin embargo,
Joséphine de la Baume ha elegido la postura más complicada para
una it girl: la del eclecticismo, la del estilo inclasificable
y la belleza insólita. Nada en ella parece pensado para ser captado al
primer vistazo.
Joséphine ha elegido deliberadamente no entrar en ninguna categoría, haciendo de la mezcla su territorio. Su estilo es el resultado del chic francés que desprende de forma innata, un poco de descaro punk en versión inglesa y otro tanto de la frescura y el arrojo made in USA; su físico es una bomba sexy cuidadosamente envuelta en una pequeñita figura coronada con una melena pelirroja; y su carrera es un camino sinuoso lleno de recovecos publicitarios, interpretativos y musicales. Y además está casada con Mark Ronson.
Joséphine ha elegido deliberadamente no entrar en ninguna categoría, haciendo de la mezcla su territorio. Su estilo es el resultado del chic francés que desprende de forma innata, un poco de descaro punk en versión inglesa y otro tanto de la frescura y el arrojo made in USA; su físico es una bomba sexy cuidadosamente envuelta en una pequeñita figura coronada con una melena pelirroja; y su carrera es un camino sinuoso lleno de recovecos publicitarios, interpretativos y musicales. Y además está casada con Mark Ronson.
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