jueves, 5 de abril de 2012

Vuelven las New Balance


Las New Balance, la marca de esas zapatillas que se crearon hace más de un siglo para paliar el desgaste de las personas que trabajaban de pie y que se niega a contratar a ninguna it girl para que publicite sus diseños, se ha convertido hoy en una de las firmas favoritas de toda fashion insider. En la redacción de Vogue es raro el día que alguien no las lleve. El clásico modelo 420, combinado con unos skinny jeans, una camiseta blanca de algodón y una americana negra es casi una especie de uniforme hype sólo apto para iniciados.
Y aquí la paradoja experimenta una vuelta de tuerca más. Cuando más intenta New Balance no asociarse a ningún rostro conocido (sin contar Steve Jobs, en cuya obsesión con el trabajo bien hecho puede encontrase un cierto paralelismo con el de la firma de calzado), más iconos del mundo de la moda y del cine, desde Stefano Pilati a Ines van Lamsweerde –mitad del dúo de fotógrafos Ines & Vinoodh-, pasando por Natalie Portman, no dudan en calzarse unas NB. No para hacer deporte, eso sería demasiado literal, sino para saludar al final de un desfile, para realizar un shooting o para pasear tranquilamente por las calles de Nueva York.

Desde la pequeña fábrica inglesa situada en el pequeño pueblo de Flimby, la firma ha tratado de incorporar constantes innovaciones técnicas a cada uno de sus modelos con el solo objetivo de conseguir la excelencia deportiva. La fachada, la apariencia de cada par, es casi lo de menos. De hecho los colores corporativos de NB, el azul marino y el gris, continúan siendo
uno de los más vendidos temporada tras temporada. Y de nuevo la paradoja: el descarado triunfo de la absoluta discreción. Así, desde hace más de cien años.

La zapatillas New Balance se convierten en el calzado de moda

La zapatillas New Balance se convierten en el calzado de moda

La zapatillas New Balance se convierten en el calzado de moda

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